Des de la educación social acompañamos en la promoción de la autonomía personal y la definición de un proyecto de vida personal y profesional.
Cada vez son más los estudios y artículos que nos advierten del impacto que está teniendo el confinamiento en nuestra salud mental. Artículos que nos ayudan a entender que es lo que está pasando, cómo nos sentimos, por qué nos sentimos así y qué podemos hacer con este cóctel emocional para que podamos responder de manera funcional y adaptativa.
En poco tiempo hemos cambiado radicalmente nuestra rutina, nuestro entorno social y relacional, nuestro espacio laboral o formativo y nuestro espacio de ocio. En la mayoría de los casos, las paredes de nuestras casas han tenido que albergar trabajo, ocio, escuela y hogar. Nuestra casa se ha convertido en nuestro minimundo.
Casi sin haber podido digerir estos cambios debemos salir de esta “burbuja” en la que hemos vivido durante dos meses, y retomar algunas de las actividades que realizábamos antes fuera de casa. La vuelta al trabajo presencial, las salidas a pasear, el deporte… Volvemos a ver parte de nuestro mundo a través de nuestros ojos y no mediante una pantalla. Y no es de extrañar que tanta luz nos abrume. Volvemos a interactuar con un entorno que parece distinto (mascarillas, distanciamiento físico, colas, cita previa…) y probablemente, en muchos casos, nos sentimos distintos.
En nuestro interior también se han producido cambios. Es posible que nos estemos cuestionando si nos gusta nuestro proyecto de vida, si nuestro trabajo es el que queremos realmente, si ese tiempo que le he dedicado a estudiar para ser “X” lo tendría que haber dedicado a estudiar “Y”, si ese amigo que hace dos meses que no da señales es realmente la persona que quiero a mi lado o si yo he estado a la altura con mis amistades… también es posible que nos angustie nuestra situación laboral, la economía familiar, la organización personal, la distribución del tiempo y los exámenes que se encuentran a la vuelta de la esquina.
Va a formar parte de esta salida al exterior la incertidumbre, la duda y en algunos casos el miedo… emociones y pensamientos que no debemos temer si no que debemos entender que forman parte del proceso de adaptación a la situación actual.
Des de FITA Fundación seguimos trabajando para que aquellas situaciones de crisis que podrían perjudicar a nuestra salud mental tengan un menor impacto en ella y se conviertan en oportunidades para mejorar nuestra situación personal y relacional.
Por todo ello, si te identificas en algo, si estas situaciones te resuenan y sientes alguna dificultad en la gestión o manejo de las mismas, te ayudamos a poner solución. Démosle estructura a aquello que te inquieta.
Es la actitud que tomamos frente los cambios la que nos permite avanzar. Y quizá, en este momento de incertidumbre, nos viene bien tener la mente abierta, dispuesta a generar nuevos hábitos de pensamiento y de vida. Si crees que debes adquirir o cambiar costumbres necesitas tres ingredientes: voluntad, marcar un corto plazo de tiempo y pasar a la acción.