Las voluntarias de FITA nos explican su labor en la App que hemos puesto en marcha gracias a la colaboración con b-resol.
Hola, soy Ares. Hace unos años sufrí un TCA. Fue una época extremadamente difícil para mí y para todos aquellos que me rodeaban, a pesar sentirme más sola que nunca. Sólo tenía como compañía los pensamientos obsesivos con la comida, las críticas hacia mi cuerpo y un dolor imposible al que poner en palabras. Cuando lo intentaba me sentía incomprendida por mi entorno. Por suerte, conseguí pedir ayuda a profesionales de la salud mental. Con estos aprendí no sólo poner palabras a lo que sentía sino también a gestionarlo, adquirí herramientas que todavía hoy me ayudan en mi día a día y, sobre todo, volví a amarme. Hoy, las personas que me quieren ya no sufren por mí y tampoco me siento sola porque sé que me tengo a mí misma, siempre.
Dicho así parece fácil la superación de un TCA pero no hay nada más lejos de la realidad. No es un camino recto y aplanado; es un camino con muchas subidas y bajadas. De hecho, lo más difícil es pedir ayuda. Aún recordamos este momento tan vulnerable: saber que necesitas ayuda pero no saber cómo ni a quién pedirla. Por eso estamos orgullosas de presentaros al Ares: un equipo de voluntarias recuperadas de un TCA dispuestas a escuchar y ayudar desde nuestra experiencia a quien lo necesite.