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Acuerdo de b-resol y Fundación FITA para reducir el impacto del confinamiento en la salud mental

No podemos cambiar la situación, pero podemos cambiar la forma en que la vivimos, la sentimos y cómo nos adaptamos a ella. Es importante saber pedir ayuda cuando no podemos autorregularnos emocionalmente.

La situación de confinamiento en la que nos encontramos es nueva para la mayoría de las personas. En los últimos años nos hemos acostumbrado a vivir en la sociedad del consumo, la inmediatez y la híper conexión social. Y casi de un día para otro hemos pasado a vivir confinados en casa con las salidas al exterior limitadas y la incertidumbre de no saber cuándo podremos volver a nuestra rutina habitual. En nuestro día a día ha pasado por delante la conexión con el exterior por encima de la conexión con nuestras propias emociones y de repente nos hemos tenido que desconectar de nuestro ritmo de vida y nos encontramos con un cúmulo de emociones y sentimientos que afloran y no sabemos cómo dar respuesta. Hemos pasado de no tener tiempo ni para pensar en tener más tiempo del que podemos manejar para pensar en lo que nos está pasando. Esta nueva situación puede generar estrés, inquietud, miedo, incertidumbre, tristeza, sensación de aislamiento o desesperanza. Todas las emociones son necesarias a pesar vengan acompañadas de un malestar que nos es difícil de aceptar. Negarlas no es la respuesta.

Gestionar las emociones de manera funcional puede favorecer y fortalecer nuestra autoestima y nuestra capacidad de afrontar la situación en la que nos encontramos. La comunicación con nuestro entorno, mantener un ritmo de vida activo dentro del confinamiento, reservar un espacio para estar con nosotros mismos son algunos de los elementos que nos ayudarán a hacerlo.

Es posible que en algunos casos sea necesario un apoyo externo para salir del malestar en el que nos encontramos debido a la nueva situación o bien para apoyar un familiar que nos preocupa. Sobre todo en el caso de los niños y los adolescentes. Son justamente los que más han visto modificada su rutina habitual, han perdido de repente su grupo de iguales sus espacios de relación y diferenciación de los referentes familiares. Pasan por delante las conexiones virtuales con los amigos, las pantallas y los videojuegos y las familias no disponen del tiempo suficiente para gestionar y regular estas conexiones. Seguimos trabajando desde casa o en el exterior y nuestros niños y jóvenes nos necesitan a su lado y nos cuesta encontrar la manera de hacerlo.

Es un estado más que de alerta de solidaridad, todos debemos poner nuestro granito de arena para que este momento no nos deje más secuelas de las necesarias. Este es el motivo de dar un apoyo a las necesidades de estos colectivos, con un objetivo muy claro: prevenir que los problemas relacionales o personales se hagan más grandes. Pedir ayuda a un profesional, te hace ver otra dimensión y si es necesario poder detectar algún problema antes de que se haga más grande “

Es por ello que desde b-resol y FITA Fundacion hemos sumado esfuerzos y conocimientos para dar respuesta a la necesidad de orientación y apoyo puntual a las personas que así lo requieran, priorizando la orientación y acompañamiento a adolescentes y sus familias; con el objetivo de tejer redes para la prevención de las enfermedades mental de inicio en la adolescencia .

Con solo 4 pasos podremos facilitar orientación psicológica cuando aparecen las primera señales de alerta como un alto nivel de ansiedad, inestabilidad emocional, irritabilidad, desórdenes alimentarios, etc…

Si necesitas ayuda:

  1. Haz un click
  2. Introduce el Código: FITA
  3. Elige el profesional de FITA al que te quieres dirigir.
  4. Cuéntanos qué te pasa, queremos ayudarte

Si es necesario te facilitaremos la derivación a un servicio especializado

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